Noticia muy triste la del fallecimiento de Antonio de Canillas.
No sólo era el cantaor más sabio y veterano de Málaga. Antonio de Canillas es y ha sido durante muchos años de penuria el emblema de los flamencos malagueños. Su dominio y conocimiento le han señalado con la fuente más digna y fiel para reconocer las características de sus cantes. Además de ser un cantaor enciclopédico (pues conocía un repertorio de cantes inmenso), también se le identifica como creador y recreador de estilos, siendo la saeta malagueña un ejemplo más que significativo. Él y Cándido de Málaga aprendieron los cantes de jabegote del Niño de las Moras y fueron los primeros en grabarlos con ese nombre, pues antes eran conocidos como cantes de los marengos. De ellos dos los han aprendido todos los que han venido después.
Pero estos valores de Antonio de Canillas empequeñecen al compararlos con los personales: su dignidad y humanidad se ha ganado el respeto y reconocimiento de todos los artistas que le han conocido.
Su sentido existencial de la vida representa el perfil más flamenco mezclando sabiduría, humildad y gracia. Una gracia y humor que no olvidaremos nunca quienes le conocimos. Era un perfecto modelo de persona flamenca entre bohemio y realista, entre mágico y terrenal. Libre en esencia y humilde en su grandeza. No te olvidaremos.